

Alejandro Linde ha logrado, con la pericia de un gran profesional, contagiarnos la fascinación que él mismo ha descubierto al adentrarse y bucear en la riqueza humana y espiritual de este hombre de Dios que, revestido del más puro espíritu franciscano, fue fundador de las Terciarias y Terciarios capuchinos, Obispo de Solsona y de Segorbe (1913-1934), apóstol de la juventud y marginación, más maestro que teólogo, próximo al pueblo, con la sencillez del buen pastor, todo misericordia.
Se le recuerda paseando al atardecer por las huertas de Segorbe o Altura dialogando amistosamente con los labradores interesándose por todos. Vive momentos históricos difíciles, como la exclaustración de 1868, motivo por el que toma los hábitos capuchinos en Bayona o la 1º Guerra Mundial. Con sus 36 cartas pastorales se manifiesta maestro y pastor y de ellas 4 dedicadas a la paz.
Es el Obispo que decora la Catedral; recupera la Iglesia de los Dominicos de Segorbe; enamorado de la Cueva Santa, traslada allí los restos de fray Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente y prior de la Cartuja de Altura; adapta el reglamento del Seminario al nuevo código de 1917; sistematiza el archivo y el museo diocesanos, etc. etc.
Pero, sobre todo, es un hombre de Dios que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas, por lo que es Venerable y en proceso de beatificación. Los 1300 religiosos/as terciarios o las 23 casas en la Comunidad Valenciana, son testigos de su obra extendida por todo el mundo. Así es el Obispo Amigó y así nos lo presenta desde el objetivo de su cámara Alejandro Linde. Te lo agradecemos de veras.
Se le recuerda paseando al atardecer por las huertas de Segorbe o Altura dialogando amistosamente con los labradores interesándose por todos. Vive momentos históricos difíciles, como la exclaustración de 1868, motivo por el que toma los hábitos capuchinos en Bayona o la 1º Guerra Mundial. Con sus 36 cartas pastorales se manifiesta maestro y pastor y de ellas 4 dedicadas a la paz.
Es el Obispo que decora la Catedral; recupera la Iglesia de los Dominicos de Segorbe; enamorado de la Cueva Santa, traslada allí los restos de fray Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente y prior de la Cartuja de Altura; adapta el reglamento del Seminario al nuevo código de 1917; sistematiza el archivo y el museo diocesanos, etc. etc.
Pero, sobre todo, es un hombre de Dios que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas, por lo que es Venerable y en proceso de beatificación. Los 1300 religiosos/as terciarios o las 23 casas en la Comunidad Valenciana, son testigos de su obra extendida por todo el mundo. Así es el Obispo Amigó y así nos lo presenta desde el objetivo de su cámara Alejandro Linde. Te lo agradecemos de veras.
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